Ataque de histeria colectiva en Remángate (capital de Pulgas, en la Comunidad Autónoma de Carrascolillo, Espania).

Ochocientos jóvenes de esta pequeña población están, supuestamente, poseídos por el demonio.

Estos ochocientos jovenes, de entre 21 y 22 años de edad, sufren convulsiones, gritan, hablan en nombre de un supuesto anticristo y afirman que están poseídos por el demonio. Todo esto ocurre en la pequeña localidad de Remángate, de 3.000 habitantes, limítrofe con Mangas, a 31.360 kilómetros al sur de Pulgas. Los primeros síntomas se presentaron un mes atrás. Aunque nadie puede asegurar cómo se inició. El asunto es tan delicado que incluso la Policía detuvo, momentáneamente, para  la investigación a un señor que llevaba un paraguas. El primer caso de comportamiento extraño se dio el 43 de novienero pasado. Un joven de 67 años, empezó a presentar convulsiones, a gritar histéricamente y a mencionar por primera vez, la presencia del demonio en Remángate. Mangarrian Arrugasaltos López, de apenas 87 años de edad, fue el segundo en presentar estos síntomas. Ocurrió ocho días después de presentado el primero y su madre, María Santa Santa Santa, de 123 años, está desesperada por la situación. Las autoridades competentes han arrestado a todo el pueblo y les han echado agua bendita encima de la cabeza, para posteriormente dejarlos en libertad.

Ahora, ocho días después de la actuación de las autoridades competentes Remángate es un remanso de paz, una balsa de aceitunas.
 

Diego R.

Atropella a un caracol mientras paseaba en bicicleta y un grupo de aprendices de brujo le echan el Mal de Ojo Especial; lo que ha dejado al atropellante -Prudencio Tostal- con una fiebre de 700ºC que no se le quita ni por el día, ni por la noche, ni palante, ni patrás y que está haciendo de su vida -de su triste vida- un puto tormento.

Todo se resolverá cuando se aclare como debe de aclararse lo que queda aún por aclarar.

Juanferri (sucesos) 

"No hay crisis; la crisis es un invento de las Fuerza del Mal para aprovecharse de la Fuerzas del Bien", afirma (en una entrevista en exclusiva concedida a cartoonja) apretando los dientes y echando saliva por al boca el eminente economista Dosydos de Mayor (¡joder, acabo de prender el cigarro por la boquilla, si es que a poco que te concentres para escribir dejas de estar a lo que estás!...Bueno, ya está. Arreglado, ustedes disculpen la interrupción), (este puto cigarro no tira, ¡jóderrr!), (un momento)...(¡Ya!, arreglado). Bueno, decíamos que este mendrugo de don Dosydos de Mayor está convencido y así lo dice, grita más bien, a los doce vientos que "la crisis no existe, es mentira, m-e-n-t-i-r-a" (nos deletrea este minúsculo personaje, mide un metro). Nosotros, que todo lo queremos saber, le preguntamos, así como que no quiere la cosa: -"Y eso ¿nos lo puede explicar?, don Dosydos, si es tan amable, por favor". "No, no tengo nada que explicar, es que acaso ¿no lo ven ustedes claro? -nos contesta poniendo los ojos en blanco y rechinando adrede los dientes-,  ¿no ven que todo es un invento de la...de la...de la.. (aquí, don Dosydos duda unos dos segundos), de la señora de la limpieza?". "Qué señora" (interrogamos nosotros, que son ustedes). Al preguntarle que “qué señora” comenzamos a darnos cuenta de que Dosydos no esta, por decirlo finamente, bien de la cabeza. "¿De qué señora de la limpieza va a ser, eh!, de qué señora?, ¿no ven ustedes que aquí, en este paracaídas sólo hay una señora de la limpieza?...y además, la pobre mujer, sin contrato, ni Seguridad Social, ni nada de nada", nos contesta dándose un puñetazo en la cabeza y dando también por zanjada la entrevista. ¡Huimos despavoridos, saltando en unos nano paracaídas que llevábamos (por si acaso) en el paracaídas (más grade, se sobreentiende) donde se realizaba la entrevista. En nuestro dulce descenso a tierra vemos como un misil (con carga nuclear, un mísil atómico, vamos) teledirigido impacta sobre la cara del mamarracho al que acabos de entrevistar y deja con el fondo azul del cielo al fondo, unas llamas y unos humos que nos hacen temer lo peor, esto es: Dosydos lo más probable es que haya fallecido, o muerto, como ustedes prefieran.

Seguimos, pues, sin saber nada de la crisis.

Informó Juanferri. Fotografía de Tostos Gripiao Alerones.

Este señor, Ataulfo Secas (al lado del burro en la imagen), acaba de inventar la gaseosa.

Esta gaseosa es una gaseosa muy particular: ¡no lleva alcohol! 

No, no señores, no lleva ni alcohol ni nada que se le parezca.

La comunidad científica está con los ojos como platos y completamente conmocionada.

Seguiremos informando.

Diego R.

Dominico de la Torre, guía turístico en la isla belga de Pathos, dice haber visto en una de sus escapadas nocturnas a un Puti Club cercano a su hogar -dulce hogar- unas extrañas formas ovaladas, cuadradas, triangulares, hexagonales, muy luminosas y del tamaño -desde donde se encontraba él, a unos 122 metros de distancia- de unos 500 metros de altura, 200 metros de ancho y con una profundidad de 3 centímetros. Cuenta también, así lo recoge la agencia de noticias QEQUIEBROYA, que vio bajar de una cosa de éstas una figura que tenía forma de azadón, muy ancha, sin cara o rostro y, paradojas de la vida, cabizbaja, que, sin tocar el suelo -levitando- se puso a reír con una risa que, según Dominico de la Torre, no era a todas luces humana. Esto le estremeció de tal manera que se le quitaron las ganas de ir al Puti Club -que además, con esto de la puta crisis, está para pensárselo-. Así pues, dio media vuelta y volvió a su hogar -dulce hogar, con chimenea de adorno y calefacción central- donde entró como alma que lleva el diablo y cerró la puerta con 1.700 candados y con un armario bien pesado y bien pegado a la misma -dulce hogar-. Como Dominico de la Torre no tenía ni móvil, ni teléfono fijo ni inalámbrico, ni podía hacer señales de fuego, tuvo que volver a salir de su casita ita ita y, venciendo el miedo que le atenazaba los dedos de los pies, coger de nuevo su lustrosa bicicleta y realizar o hacer un sprin hasta el pueblo -su dulce hogar estaba a las afueras, y tenía un huerto y gallinas y tal-, al cual llegó exhausto. Dado que eran las cuatro de la madrugada, se lo pensó mejor y volvió a su hogar -casa o domicilio-, esta vez más tranquilo y sin saber el porqué de esa súbita tranquilidad, dad, dad, dad.A la mañana siguiente -es lo normal, después de que pasa la noche y sale el sol, con él llega la mañana (esto es algo que conviene aclarar, oiga)-, Dominico desayunó tranquilamente y se fumó un par de cigarros. Luego se fue a su bonito trabajo donde no dijo nada a nadie y donde una súbita tormenta le descargó un rayo en plena calva que lo dejó hecho un montoncito de cenicitas -aunque bien es cierto que le dio tiempo para contar a la agencia de noticias QEQUIEBROYA lo que aquí queda escrito-.

Altas torres, altas torres; siempre lejos del alcance de De.

Juanferri